Técnicas para acumular carbono en el suelo

Técnicas para acumular carbono en el suelo

Una forma de enfrentar la escasez hídrica y avanzar hacia una ganadería más sustentable es a través de un suelo vivo, que al tener una mejor captura de carbono, genera una pradera de mejor calidad.

'La acumulación de carbono se produce a partir de las especies que componen la pradera, las que comienzan a liberar compuestos a la rizosfera —suelo donde se desarrollan las raíces— que activan y/o atraen a microorganismos del suelo a través de compuestos carbonados', explica Paulina Etcheverría, investigadora del INIA Carillanca.

Para que esto ocurra, las plantas que componen la pastura requieren energía, la que consiguen a través de la fotosíntesis que se realiza a través de las hojas verdes, aquí la forma de pastorear es clave.

'Si se sobrepastorea empieza a haber pérdida de plantas con el consecuente suelo descubierto, este emite CO2 porque la materia orgánica se oxida y vuelve a la atmósfera. En contraparte, un suelo cubierto de vegetación va a estar secuestrando CO2 porque está haciendo fotosíntesis', advierte Isidora Molina, fundadora de Efecto Manada.

Por ello, la planificación del pastoreo es clave para mantener una cobertura vegetal abundante para alcanzar una mayor área foliar capaz de hacer fotosíntesis de forma continua. Por el contrario, un pastoreo constante y no planificado mantendrá el área foliar corta y con menos capacidad fotosintética.

Además en los suelos cubiertos aumenta la infiltración del agua, la cubierta vegetal evita que se evapore y las raíces bien desarrolladas tienen mayor capacidad de exploración, llegando a profundidades donde hay humedad.

 

Para construir la estrategia, el pastoreo rotativo, donde un potrero descansa mientras otro es pastoreado, puede ser un gran aliado. 'El campo debe estar bien apotrerado, cercos en buenas condiciones y buena calidad de corriente, con entradas apropiadas y una red de agua en donde se pueda acomodar a los subpotreros que estén pastoreando', dice Sebastián Conejeros, especialista en manejo animal de Gallagher.

Lo importante es que la pradera cuente con tiempos de descanso tras el pastoreo para recuperarse, rebrotar y acumular reservas.

'Buenos tiempos de recuperación es un concepto amplio, va a depender de la zona en que estemos y según esté creciendo rápido o lento en la misma temporada. Estos tiempos pueden variar muchísimo, hemos trabajado con 30 días hasta 100 días', dice Molina.

 

Permanencia en la pradera

Otro factor a considerar es el tiempo de permanencia en la pradera, es decir, las horas o días en que los animales están en el potrero.

'Se recomienda que el tiempo en cada potrero no supere los siete días y el ideal es de 12 horas a un día. Cuando la exigencia nutricional es alta por parte de los animales, por ejemplo, vacas de lechería en lactancia, los tiempos de permanencia deberían ser más cortos', dice Etcheverría.

Lo anterior se debe a que el animal requiere de materia seca para nutrirse. Por tanto, si se alimenta muchas veces desde una misma planta en un corto lapso, se podría producir un desbalance nutricional en el ganado, ya que estos no tendrán acceso a un forraje de calidad.

Para que el pastoreo rotativo sea lo más eficiente posible, es fundamental evitar el sobreconsumo de la pradera o sobrepastoreo.

Esto se puede lograr a través de diversos métodos.

Uno de los recomendados es el de calcular las raciones en días por animal, es decir, cuántas raciones diarias tiene el campo, cuántas tiene cada potrero, cuántas raciones diarias se necesitan para toda la temporada y cuántas raciones diarias se necesitan sacar por potrero.

Con esta información será posible planificar el movimiento de los animales dentro del pastoreo rotativo, ayudando a que las plantas cuenten con la energía necesaria para continuar con su desarrollo.

Otra alternativa es mantener siempre un residuo post pastoreo que permita un rebrote rápido de la pradera, el que variará de acuerdo a la época del año.

'Para primavera se recomienda una altura de residuo post pastoreo de 5 a 6 cm, mientras que en verano se debe dejar una altura entre 7 y 10 cm y en un verano normal, 3 a 4 cm', ejemplifica Paulina Etcheverría.

Para medir el residuo de la pradera se puede utilizar, entre otras cosas, una varilla graduada o un plato forrajero.

El primero consiste en una varilla o regla con una parte móvil que se desliza hasta tocar la pastura, entregando su altura, mientras que el segundo es una placa que se desliza sobre un fuste hasta llegar a la pradera, determinando así su altura.

Sea cual sea la alternativa escogida, lo importante es que esta sea eficiente en evitar que se dañen las raíces de la pradera.

'Cada vez que una planta perenne es consumida/pastoreada/cortada, la planta se desprende de una parte de sus raíces, por no contar con la suficiente energía para mantenerlas. Una vez que ya es capaz de obtener energía de la fotosíntesis, esta planta vuelve a desarrollar sus raíces', dice Molina.

La especialista añade que cada evento de sobrepastoreo hace que las raíces sean cada vez más pequeñas. En contraparte, cada evento de completo desarrollo de la planta hace que las raíces sean cada vez más vigorosas, profundas y abundantes.

'Algunos signos de que la planta está completamente recuperada son: floración, aparición de espigas y semillas, abundantes hojas senescentes. Puede ser controversial, aunque desde el punto de vista nutricional y ecosistémico ha demostrado ser eficiente', complementa la especialista de Efecto Manada.

 

Atención a la fertilización

Si bien en la ganadería generativa se cree que se puede optar por el no uso de fertilizantes sintéticos, ya que por una parte alteran la red de microorganismos del suelo, pero además, porque un beneficio natural del pastoreo es que los animales aportan fertilización y microorganismos a través del guano y la orina.

'La fertilización proveniente del animal a través de su bosteo y la orina es una fertilización 100% orgánica y como tal contribuye a la estabilidad del suelo. Todos estos procesos contribuyen a la recuperación y retención del carbono en el sistema', dice Cecilia Sardiña, investigadora del INTA de Argentina, especializada en el manejo de praderas.

Vea reportaje completo en, elmercurio.com/campo

Rolando Araos Millar-

 

Fuente: El Mercurio - Revista del Campo