Con diversos programas e iniciativas, el rubro lechero está trabajando para disminuir su impacto ambiental, ajustando sus estrategias para focalizar el trabajo en áreas clave como bienestar animal, calidad e inocuidad, gestión de residuos, de agua y huella de carbono.
Abastecida por la producción nacional de leche cruda o leche fresca para la posterior elaboración de productos y derivados lácteos, la industria recepcionó en 2022 un total de 2.398 millones de litros de leche, según Odepa, en un escenario donde se estima que el ganado es responsable de hasta el 14% de las emisiones de efecto invernadero derivadas de la actividad humana.
'Dentro de las áreas de mayor preocupación destacan las emisiones de gases de efecto invernadero, por la presión de los consumidores por tener sistemas de bajas emisiones y más amigables con el medio ambiente', destaca Francisco Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) sede Remehue.
El experto agrega que el manejo de purines de lechería también es algo que genera preocupación: 'Es una temática de gran relevancia a nivel de productores, que han implementado sistemas de manejo y reciclaje de estos en suelos agrícolas bajo un concepto de economía circular'.
Otro desafío es el de producir alimentos en forma sustentable para una población que sigue creciendo.'El mundo cada vez requiere más alimentos y está la presión ambiental, por lo que deberá ser aún más eficiente la producción de leche, dando confianza con productos lácteos de alta calidad y comprometidos con la sustentabilidad', indica.
Natalie Jones, coordinadora del área de Sustentabilidad de Consorcio Lechero, reconoce que el trabajo del rubro tiene efectos sobre su entorno que deben mitigar, y por eso están trabajado en identificarlos, priorizarlos y establecer un camino para hacerse cargo.
Las acciones
En 2018, el sector publicó su Agenda de Desarrollo Sostenible, donde se definieron los compromisos en ejes como economía rural, desarrollo de mercados, bienestar animal, calidad e inocuidad, condiciones laborales, gestión de residuos, agua y huella de carbono.
A partir de aquello, explica que se ha avanzado en iniciativas sectoriales como el Acuerdo de Producción Limpia (APL) de la industria láctea procesadora, la certificación de predios lecheros, los programas de bienestar animal, riego y praderas, personas y organizaciones.
'La certificación de prácticas es una de las grandes herramientas que hemos usado tanto a nivel industrial como a nivel de la producción de leche. Nos permite promover su implementación, reconocer los esfuerzos y demostrar objetivamente a los consumidores que estamos avanzando', destaca Jones.
Salazar destaca que también existen avances con iniciativas que vienen directamente de las empresas.'Hay lecheras que pagan un bono ‘ambiental’ dentro del precio de la leche, lo que es un gran incentivo para los productores.Y se ha apoyado proyectos y convenios de investigación y desarrollo con buena colaboración con institutos de investigación y universidades', ejemplifica.
Omara Monárdez, jefe de Sustentabilidad de Watt’s, señala que están avanzando con procesos más eficientes, incorporación de tecnología y energías renovables. 'Los ejes de mayor foco están relacionados al uso eficiente de los recursos, agua y energía y un menor impacto, emisiones y generación de residuos', dice, mientras subraya la mayor relevancia que debiese tener el desarrollo tecnológico. Aunque reconoce que algunas soluciones hoy son económica o técnicamente inviables porque están en etapa de maduración y escalamiento, espera que en el corto plazo la industria tenga acceso 'a más soluciones innovadoras que permitan acelerar la producción sostenible'.
Por Francisca Orellana-
Fuente: DF Suplemento - APL DE LA INDUSTRIA LECHERA
