A fines del año pasado se esperaba que, tras una década de déficit en casi todas las regiones agrícolas, las lluvias dieran un respiro al agro en 2020.
Sin embargo, en lo que va del año, las precipitaciones siguen siendo escasas respecto del promedio histórico, lo que incluso se ha acentuado en zonas como Curicó y Chillán, que enfrentan déficit superiores al 80% (ver infografía), por lo que comienza a cobrar fuerza la amenaza de que siga la sequía.
'El pronóstico abril, mayo y junio indica posibilidades muy altas de registrar déficit de precipitaciones entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos, con déficit de lluvias que en promedio oscilarán entre 20% y 50%', dice Catalina Cortés, meteoróloga de la Oficina de Servicios Climáticos de la Dirección Meteorológica de Chile.
Si bien las proyecciones más confiables hasta ahora no permiten determinar si será un año seco, porque solo es posible proyectar qué ocurrirá hasta junio, la escasez de lluvias ya es una realidad.
'Lo que sabemos con seguridad es que el trimestre de abril, mayo y junio registraría lluvias por debajo de lo normal en gran parte del territorio, aunque con un acumulado mayor en comparación al año pasado', explica Catalina Cortés.
Frente a este panorama, para el sector es clave continuar con la ejecución de obras hídricas y de riego tecnificado, algo que ha generado incertidumbre en medio de las restricciones de movimiento que ha traído el coronavirus.
'Los agricultores hoy no solo enfrentamos la dificultad del coronavirus, sino que también el desafío de la sequía y el firme propósito de no parar la cadena de producción de alimentos. Por eso, la Comisión Nacional de Riego (CNR) no puede parar', asegura el secretario ejecutivo de la CNR, Federico Errázuriz.
CNR, con más plazos
Con la aparición de los primeros casos de coronavirus, la CNR habilitó una oficina de partes virtual, para permitir que quienes postulan al financiamiento presenten los documentos por mail.
También se modificó el requerimiento de contar con autorización notarial para algunos documentos, aunque eso sí, se exigirá al momento de concluir las obras.
'Relajamos a esta hora de postulación el cumplimiento de eso y lo dejamos para la acreditación, para que cuando se requiera el pago de la CNR se presente el documento notarial', detalla Federico Errázuriz.
Por otra parte, decidieron extender la postulación a proyectos que tenían plazo entre el 15 de marzo y el 15 de abril por dos semanas.
Proyectos avanzan
En la CNR también están preocupados por la escasez de lluvias de este año, por lo cual consideran que concretar obras de riego es estratégico y que, al igual que el resto de la agricultura, no puede detenerse por las medidas contra el coronavirus.
El organismo cuenta para 2020 con un presupuesto de $76 mil millones para bonificar obras de riego tecnificado, y en lo que va del año ha recibido 831 postulaciones, equivalentes a $45 mil millones, lo que significa que por cada peso que bonifica, ha tenido una demanda tres a cuatro veces mayor.
'El proceso de instalaciones de sistemas de riego comienza fuerte en esta época y si se retrasa, se atrasan las plantaciones… Pero hasta ahora se nos han dado todas las facilidades para obtener los salvoconductos y permisos, porque también somos esenciales para producir alimentos', afirma José Miguel Morán, gerente de la Asociación Gremial de Riego y Drenaje (Agryd).
En cuanto a las postulaciones de nuevos proyectos, asegura que no se han visto frenados por la incertidumbre económica.
'Yo creo que va a haber una caída de proyectos, pero no lo vamos a ver ahora, porque hay iniciativas que se están ejecutando. El impacto se podría notar a partir del próximo año… El agricultor es muy cerebral para tomar decisiones y con ellos la especulación no va', proyecta.
Lluvias escasas
Desde la Dirección Meteorológica de Chile recalcan que, para hablar de un año seco es ver qué ocurrirá en el invierno, lo que aún no se puede proyectar técnicamente.
'Todos los pronósticos serios son hacia la sequía… Es prematuro para decir si el año será seco, pero sí sabemos que al menos vienen atrasadas las lluvias, y hasta junio la situación no se va a revertir', afirma el agroclimatólogo y director de Agrimed, Fernando Santibáñez.
La razón detrás de la falta de precipitaciones sería que —además de la condición neutral del océano Pacífico— la oscilación antártica está en una fase positiva, lo que en términos simples significa que las lluvias se forman hacia el extremo sur, haciendo más difícil que lleguen a la zona central.
'Los años que tienen un junio seco es muy difícil que se recuperen… Si el panorama del segundo semestre es el mismo que el actual, será un año de bastante estrechez hídrica', proyecta, y plantea que si el año termina con un déficit de lluvias superior al 35% o 40% respecto de un año normal, se debería extender la emergencia agrícola en las regiones que hoy la enfrentan.
Fuente: Revista del Campo