Francia no exportará cabezas de ganado vacuno en los próximos 15 días

Francia no exportará cabezas de ganado vacuno en los próximos 15 días

La crisis sanitaria por la dermatitis nodular contagiosa (DNC) —una enfermedad viral que afecta a los bovinos y provoca graves lesiones cutáneas— ha desencadenado una tormenta política y económica en Francia. El Gobierno, encabezado por la ministra de Agricultura Annie Genevard, ha decidido imponer medidas excepcionales que incluyen la prohibición total de la salida de animales vacunos de Francia continental, lo que ha provocado una reacción inmediata y contundente de las principales organizaciones agrarias del país.

Jeunes Agriculteurs, FNSEA, FNB y FNPL han emitido un comunicado conjunto en el que denuncian la “decisión punitiva e incomprensible” del Estado y alertan del riesgo de colapso para el mercado bovino nacional. La medida, vigente desde el 18 de octubre hasta el 4 de noviembre de 2025, busca frenar la propagación de la enfermedad, pero según los productores, “pone en peligro la soberanía alimentaria francesa y castiga a quienes sí cumplieron las normas sanitarias”.

Una enfermedad reemergente que amenaza la seguridad alimentaria

La dermatitis nodular contagiosa (DNC) —conocida también como Lumpy Skin Disease (LSD)— ha sido detectada en varios departamentos franceses tras meses de control exitoso. Según el Ministerio de Agricultura, un brote en Ain, tres en Jura y otros tres en Occitania serían el origen de la reactivación del virus, probablemente a causa de desplazamientos ilegales de animales infectados.

En Saboya y Alta Saboya, las medidas sanitarias previas habían dado resultado: no se registraban casos desde principios de septiembre. Sin embargo, los nuevos focos han provocado una respuesta de emergencia. La ministra Genevard ha convocado al Comité Nacional de Política Zoosanitaria y Vegetal (CNOPSAV) para coordinar una nueva estrategia basada en el principio de contención total del movimiento de bovinos.

Rechazo unánime del sector: “El Estado nos deja solos frente al mercado”

Las organizaciones agrarias denuncian que la decisión se tomó “sin concertación previa” y sin medidas de compensación económica. En palabras del comunicado conjunto, el Gobierno “ha actuado de manera unilateral, poniendo en peligro el futuro del sector bovino y desestabilizando los mercados sin ofrecer apoyo a los productores”.

El texto, firmado por FNSEA, Jeunes Agriculteurs, FNPL y FNB, sostiene que los ganaderos han seguido las recomendaciones científicas desde la aparición de la enfermedad y que el problema radica en unos pocos casos de irresponsabilidad individual, no en la actuación general del sector. “Hoy, por culpa de unos pocos y por la lentitud del Estado frente a las resistencias y negligencias, Francia se encuentra en una situación sanitaria muy preocupante”, indica el comunicado.

Además, los productores subrayan que el cierre de las exportaciones de terneros y broutards (bovinos jóvenes destinados al engorde en otros países europeos) amenaza la estabilidad económica del mercado. Francia exporta cada año más de 1,3 millones de cabezas de ganado, principalmente a Italia y España, y la interrupción de estos flujos podría generar pérdidas millonarias y una caída drástica de los precios en el mercado interno.

Consecuencias económicas y tensiones comerciales

La prohibición temporal de exportaciones no solo impactará en las explotaciones de carne, sino también en el sector lácteo, que depende del equilibrio entre los subproductos bovinos y las vacas lecheras. La FNPL (Federación Nacional de Productores de Leche) advierte que esta medida “rompe las cadenas de suministro y compromete la viabilidad de muchas explotaciones que ya operan con márgenes mínimos”.

La ministra Genevard ha asegurado que el Estado vigilará los precios y la evolución del mercado, comprometiéndose a evitar “riesgos especulativos”. No obstante, los sindicatos rurales consideran insuficientes las palabras del Ministerio y exigen un plan de crisis que incluya ayudas directas, compensaciones por pérdida de ingresos y mecanismos de retirada temporal de animales del mercado.

En palabras del comunicado: “Hoy estamos al pie del muro. El Estado no puede dejarnos solos frente al mercado. Pedimos medidas urgentes para evitar el colapso del sector y proteger a los productores que han actuado con responsabilidad”.

 

Las alternativas que el sector proponía

Los ganaderos sostienen que existían alternativas más equilibradas, como:

Negociar con los socios europeos la aceptación de animales vacunados bajo control veterinario reforzado.

Establecer protocolos sanitarios comunes para los intercambios intracomunitarios.

Implementar controles más estrictos en frontera, sin necesidad de bloquear la totalidad de los movimientos.

En este sentido, la FNSEA critica que el Gobierno haya optado por “la vía del castigo y la desconfianza”, en lugar de reforzar la cooperación técnica con los Estados miembros. La medida, sostienen, socava la confianza de los socios comerciales y proyecta una imagen de descoordinación justo cuando el mercado europeo empezaba a estabilizarse tras años de crisis sanitaria y económica.

 

Un llamado a la responsabilidad compartida

Genevard ha defendido su decisión argumentando que los movimientos no autorizados de ganado son la principal causa de propagación del virus. “Estas medidas son necesarias para preservar la ganadería francesa y tranquilizar a nuestros socios europeos. Agradezco a los profesionales responsables que se han movilizado y realizado esfuerzos durante más de tres meses”, declaró la ministra.

El Ministerio insiste en que se trata de una medida temporal, que se levantará el 5 de noviembre si la situación epidemiológica mejora. Hasta entonces, los prefectos recibirán instrucciones para reforzar los controles y aplicar sanciones ejemplares a quienes incumplan las restricciones.

 

Impacto político y perspectivas

El conflicto entre el Gobierno y el sector ganadero reabre el debate sobre la gestión de crisis sanitarias en la ganadería francesa. Para las organizaciones agrarias, el problema no es la gravedad de la DNC, sino la falta de diálogo y previsión política. Acusan al Ejecutivo de actuar de forma “tecnocrática” y de “desconectarse del terreno”.

 

Mientras tanto, el Parlamento de la Salud, convocado por Genevard, evaluará nuevas estrategias de prevención y compensación. Sin embargo, los sindicatos ya advierten que no aceptarán nuevas restricciones sin apoyo económico inmediato.

 

La tensión también se traslada al plano europeo. Países importadores como Italia y España observan con preocupación la interrupción del comercio de bovinos franceses, lo que podría alterar los precios del mercado continental. En Bruselas, algunos eurodiputados han pedido coordinar una respuesta común para evitar distorsiones dentro del mercado único.

 

Conclusión: entre la prevención sanitaria y la asfixia económica

La lucha contra la dermatitis nodular contagiosa coloca a Francia en una encrucijada entre protección sanitaria y supervivencia económica. Si bien la contención del virus es prioritaria, el coste social y productivo de un cierre total amenaza con dejar heridas profundas en la ganadería nacional.

El sector pide diálogo, flexibilidad y apoyo. El Gobierno exige disciplina y rigor sanitario. Entre ambos, un mercado que podría perder competitividad y miles de familias que temen por su sustento si la crisis se prolonga.

El bloqueo de exportaciones bovinas, aunque temporal, simboliza una fractura más amplia entre el campo francés y su administración central: la lucha por conciliar responsabilidad, soberanía y supervivencia.

 

Fuente: agronewscastillayleon