Un estudio analizó las características de las vacas, incluso desde sus primeros momentos de vida y cómo ciertos factores influyen en que produzcan más y mejor leche.
Un estudio reciente publicado en el Journal of Dairy Science se centró en vacas primerizas con el objetivo de comprender por qué algunas se adaptan muy bien a los robots de ordeño, mientras que otras necesitan más asistencia.
El estudio clasificó a las vacas en dos grupos, basándose en la frecuencia con la que el personal debía ir a buscarlas o recogerlas para el ordeño:
Vacas de Baja Recogida (LF – Low Frequency): Se adaptaron al truco del ordeño robótico rápidamente.
Vacas de Alta Recogida (HF – High Frequency): Necesitaron ayuda de forma más crónica para ir al robot.
Analicemos los patrones de comportamiento que distinguen a estos dos grupos. Una diferencia clave —y esto resulta curioso— aparece incluso antes del parto. Las vacas que luego necesitarían más ayuda (las HF) ya mostraban particularidades: comían más despacio, pasaban más tiempo en el comedero en cada visita, aunque iban menos veces, y rumiaban menos tiempo que las vacas LF. Esto sugiere que ya antes de parir se evidenciaba un temperamento o patrón distinto.
Ese mismo patrón se mantiene después del parto. Las vacas HF seguían dedicando más tiempo total a comer, pero realizaban menos visitas a los comederos y lo hacían con una tasa de alimentación más lenta. Es interesante notar que, aunque comían de manera distinta, la ingesta total de materia seca fue similar en ambos grupos; no hubo grandes diferencias en la cantidad total de alimento consumido. Sin embargo, el hecho de rumiar menos tiempo sí persistió en las vacas HF.
Conexión con la Producción y Eficiencia
Aquí es donde el análisis se vuelve realmente interesante, ya que conecta el comportamiento con el ordeño y la producción.
Las vacas LF (las que se adaptaban rápido) iban al robot de ordeño de forma voluntaria más veces y, por lo tanto, se ordeñaban más veces al día en la mayoría de los días analizados.
La consecuencia directa es fascinante: las vacas LF produjeron más leche y, además, tuvieron una mejor eficiencia alimenticia (más leche por cada kilo de comida).
A pesar de que ambos grupos comían cantidades parecidas, la mayor frecuencia de ordeño voluntario de las LF resultó ser crucial. Las vacas HF, al necesitar que las recogieran más a menudo y pasar más tiempo esperando en el corral de recogida, se ordeñaron menos, simplemente.
El Descanso es una Prioridad
No obstante, no todas fueron diferencias. Un aspecto que llama la atención es que el tiempo total que pasaban tumbadas descansando fue muy parecido en ambos grupos. La duración total, el número de veces que se tumbaban y cuánto duraba cada sesión de descanso fue prácticamente idéntico, tanto antes como después del parto.
Tampoco hubo diferencias significativas en el tiempo total que pasaban de pie sin estar comiendo u ordeñando. Esto sugiere que las vacas priorizan su descanso. Es como si dijeran: “Mi siesta es sagrada”. Aunque las HF pasaban más tiempo paradas esperando a ser recogidas y las LF más tiempo yendo y viniendo del robot, ambas parecieron ajustar otras partes de su «presupuesto de tiempo» (como lo llama el estudio) para mantener su descanso estable. El tiempo total de pie se equilibró de formas distintas, pero el descanso se mantuvo.
Conclusiones y Proyecciones
Si juntamos todas las piezas, queda claro que ciertas características de comportamiento, especialmente la forma en que comen y rumian, incluso antes de parir, podrían ser pistas sobre la facilidad o dificultad que tendrán para adaptarse al robot después.
Las vacas que necesitan más ayuda (las HF) no solo tienen patrones distintos, sino que esos patrones afectan directamente su producción y eficiencia. La clave no es que coman menos en total, sino que su estrategia de alimentación y la frecuencia de interacción con el sistema son diferentes.
Esto nos deja con una pregunta importante: si estos patrones previos al parto son tan predictivos, ¿podrían usarse para identificar qué vacas necesitarán un apoyo extra durante la transición al ordeño automático? De ser así, se podría gestionar este proceso de forma más individualizada y, quizás, más eficiente. Es una idea interesante para seguir explorando.
Fuente: https://www.todolecheria.com.ar/

