Las nuevas jefas de la investigación agropecuaria

Las nuevas jefas de la investigación agropecuaria

Por primera vez los cuatro centros de investigación del Ministerio de Agricultura, FIA, Ciren, Infor e Inia, tienen directoras. Una mayor cercanía con las comunidades locales es parte de su sello.

Todas tienen estudios de posgrado, la mayoría no milita en partidos políticos e hicieron carrera en las organizaciones que hoy dirigen. Son las cuatro jefas de la investigación y tecnología del Minagri. Fueron nombradas tras la llegada de Gabriel Boric a La Moneda y de Esteban Valenzuela al ministerio.

Cuando están a punto de cumplir un año de gestión, Francine Brossard, de la Fundación para la Innovación Agraria; Sandra Gacitúa, del Instituto Forestal; Ingrid Lobos, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, y Katherine Araya, del Centro de Información de Recursos Naturales, hacen un balance de su gestión y proyectan sus próximos desafíos.

 

Innovadores no identificados

Tras una década trabajando para organismos internacionales en África, en países como Marruecos, Argelia y Costa de Marfil, y luego en la Cepal, Francine Brossard vuelve a la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, esta vez como directora ejecutiva del organismo.

A mediados de la década de los 90, bajo la gestión del exministro Emiliano Ortega, la invitaron a ser parte del grupo de profesionales que llegó a crear el FIA.

'Se trata de una institución que tiene una trayectoria de profesionalismo, con la particularidad de que más del 60% de quienes trabajan aquí son mujeres', sostiene Brossard.

Por estos días los ejes de la FIA son temas como la mitigación del cambio climático, la gestión de recursos hídricos, desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles y la agroecológica, entre otros elementos.

Brossard añade que uno de los sellos que quiere dejar en la institución es acercarla a parte de la población que no está siendo identificada como polo de innovación, como los jóvenes rurales y las mujeres, los que muchas veces no son visibles para programas de fomento en esa área.

'Tenemos que aprovechar que durante la pandemia existió un aceleramiento de la incorporación de la tecnología al trabajo rural. Mucha gente tuvo que armar una presencia en redes sociales, armar páginas web y meterse en el comercio electrónico', afirma la directora de la FIA.

 

El momento de las políticas públicas

Sandra Gacitúa volvió a Concepción, la ciudad en que creció, obtuvo su título de ingeniera forestal y luego se doctoró en Ciencias Forestales. El Instituto Forestal, Infor, es uno de los pocos organismos estatales de carácter nacional cuya sede principal está fuera de Santiago, en la Región del Biobío, por lo que hoy la directora del organismo juega de local.

Gacitúa tiene una gran responsabilidad. La silvicultura enfrenta un fuerte escrutinio público tras los masivos incendios forestales este verano. El objetivo central del Infor es entregar información técnica para el desarrollo de políticas públicas.

'La silvicultura es totalmente viable. Chile tiene las capacidades técnicas y científicas que se han desarrollado para este sector. Existe la información para adaptarse al cambio climático y llegó el momento de convertirla en políticas públicas, que sean normas y que no pasen por un tema de voluntad', sostiene Sandra Gacitúa.

La directora coloca el caso de los cortafuegos, en los que hay experiencia sobre la cantidad de metros que deben tener, pero no son exigibles.

Antes de que termine marzo, espera tener luz verde para un plan piloto para recuperar productiva y ambientalmente las zonas afectadas por los incendios en Ñuble, Biobío y La Araucanía. El primer paso será identificar las zonas en que se trabajará. Luego vendrán estudios sobre el estado de los suelos, medidas para recuperarlos y estudios de requerimientos hídricos, solo por mencionar algunas tasas iniciales.

 

 

Énfasis en transferencia

Ingrid Lobos se dedicó los últimos años a determinar las particularidades de los alimentos sureños, específicamente cómo la ubicación determinaba sus características nutricionales. Desde su puesto como investigadora en la estación Remehue del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Inia, le tocó recorrer desde San Juan de la Costa a Palena.

Ingeniera en Alimentos de la Universidad de la Frontera y con un doctorado en la Universidad de Salamanca, llegó en 2011 como investigadora a Remehue con una beca de posdoctorado. Aunque no tiene militancia política, la directora del Inia se siente muy cercana al programa de Gabriel Boric.

'Este Gobierno tiene claro que la investigación, desarrollo y transferencia científica y tecnológica es clave para enfrentar los desafíos que tenemos como país', sostiene Lobos.

Durante 2022 Ingrid Lobos impulsó la creación de dos subdirecciones en INIA. La primera dedicada a la gestión de personas y la segunda enfocada en la transferencia y extensión.

'En el INIA hacemos mucha investigación y desarrollo, pero no mucha transferencia porque el financiamiento de los proyectos se acaba. Es un reclamo de la ciudadanía y de los gobiernos. Nos falta ‘la última milla', es frustrante', sostiene Lobos.

La nueva área de transferencia trabaja con organismos como el Indap para divulgar y transferir los desarrollos del Inia. Lobos quiere sacarle partido al desarrollo genético en arroz, trigo y alfalfa, entre otras especies, además de las soluciones tecnológicas desarrolladas para los campos.

'El Inia tiene 17 mil hectáreas, hay que convertirlas en un referente, que los agricultores puedan ver avances tecnológicos que pueden incorporar', afirma.

Lobos explica que ha sido muy importante la inyección de $1.000 millones desde el Ministerio de Ciencias para sacar adelante la nueva orientación de investigación, desarrollo y transferencia.

 

Democratizar información

Criada en Graneros, Región de O'Higgins, Katherine Araya vive hoy en la costa de la Región de Valparaíso, donde se asentó tras trabajar varios años en la Universidad de Playa Ancha y en el Gobierno Regional. De ahí viaja todos los días a Santiago a la sede del Centro de Información de Recursos Naturales, Ciren, del cual es directora.

Cientista Política de profesión con un magíster en el área en Francia, Araya es militante del PPD. 'El Ciren es poco conocido por el público general, pero es un lujo por el nivel de profesionalismo. El 60% de quienes trabajan acá tiene posgrado. De las cinco personas que en Chile pueden trabajar información satelital en situaciones de emergencia, tres están dentro de nuestro centro', explica Araya.

De hecho, en los incendios de febrero, los profesionales del Ciren trabajaron hasta los fines de semana analizando y entregando un par de informes diarios sobre el desarrollo de los siniestros.

Los profesionales del Ciren ocupan desde imágenes satelitales hasta drones, pasando por análisis químicos. Parte de su misión es manejar el catastro de propiedades rurales, pero también estudian el balance hídrico de las cuencas y la degradación de los suelos. Su punto de mayor visibilidad en el agro es el catastro frutícola, en que se analizan las variaciones de la superficie y tecnología de los huertos a nivel regional.

Aunque el foco principal del Ciren está en la entrega de información a los tomadores de decisión en el Gobierno central, regional y municipalidades, Araya ve un espacio para acercar la instrucción a las comunidades locales, a 'democratizar el acceso a la información', afirma.

Por ejemplo, el año pasado investigadores del Ciren fueron a colegios urbanos y rurales para mostrar parte de sus investigaciones. Para este año pretende sacar adelante un proyecto piloto de capacitación de agricultoras de la Región de Valparaíso en el uso de herramientas tecnológicas como drones y apps enfocadas en los recursos naturales.

Eduardo Moraga Vásquez-

 

Fuente: El Mercurio - Revista del Campo