El índice de precios de los productos lácteos de la FAO se situó en agosto de 2025 en un promedio de 152,6 puntos, esto es, 1,3 puntos menos que en julio, lo que representa su segundo descenso mensual consecutivo, pero aun así se mantiene 16,2 puntos por encima de su nivel de hace un año.
El descenso obedeció a la bajada de los precios internacionales de la mantequilla, el queso y la leche entera en polvo, que contrarrestó la subida de las cotizaciones de la leche desnatada en polvo. Los precios de la mantequilla disminuyeron un 2,5 % en agosto, ya que la solidez de la producción en Nueva Zelandia —pese a la pausa estacional de la producción en el país— y la oferta constante de la UE impulsaron la disponibilidad mundial, mientras se mantuvo la atonía de la demanda de importaciones, en particular por parte de Asia.
Los precios del queso disminuyeron un 1,8 %, revirtiendo los aumentos registrados desde abril, ya que la menor demanda de los principales mercados asiáticos y el descenso estacional de la actividad exportadora deprimieron los mercados de Oceanía, mientras que, en la UE, la disminución de la demanda interna durante la temporada de vacaciones y la mayor competencia de las exportaciones contribuyeron a la presión sobre los precios de este producto.
Los precios de la leche desnatada en polvo se redujeron un 0,3 %, a raíz de la escasa demanda de los principales países importadores. Por el contrario, los precios de la leche desnatada en polvo subieron un 1,8 %, impulsados por los limitados excedentes exportables en Nueva Zelandia y la constante demanda de Asia sudoriental.
Precios de los alimentos
El índice de precios de los alimentos de la FAO* se situó en un promedio de 130,1 puntos en agosto de 2025, es decir, prácticamente sin variaciones respecto del nivel revisado de 130,0 puntos de julio. Los descensos en los índices de precios de los cereales y los productos lácteos se vieron compensados con los aumentos en los índices de la carne, el azúcar y los aceites vegetales. En general, el índice se ubicó 8,4 puntos (un 6,9 %) por encima de su nivel de agosto de 2024, aunque se mantuvo 30,1 puntos (un 18,8 %) por debajo del nivel máximo alcanzado en marzo de 2022.
A su vez, el índice de precios de la carne de la FAO registró un promedio de 128,0 puntos en agosto, es decir, 0,7 puntos (un 0,6 %) más que en julio y 5,9 puntos (un 4,9 %) más que hace un año, con lo que alcanzó un nuevo máximo histórico. La subida obedeció a que siguieran aumentando los precios de las carnes de bovino y ovino, que compensó el hecho de que las cotizaciones de la carne de cerdo se mantuvieran prácticamente estables y de que hubieran bajado los precios de la carne de aves de corral.
Los precios internacionales de la carne de bovino alcanzaron un nuevo récord, a raíz de la fuerte demanda de los Estados Unidos de América, que impulsó las cotizaciones en Australia, y la firme demanda de importaciones de China, que mantuvo estables los precios para la exportación en el Brasil pese a que se hubieran reducido las ventas a los Estados Unidos de América tras la imposición de aranceles adicionales.
Los precios de la carne de ovino subieron por quinto mes consecutivo, como consecuencia de la escasez de la oferta para la exportación en Oceanía y el aumento de los volúmenes dirigidos a mercados más lucrativos, sobre todo a los de los Estados Unidos de América y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Los precios mundiales de la carne de cerdo se mantuvieron prácticamente estables en un contexto de equilibrio entre la oferta y la demanda mundiales. Por el contrario, las cotizaciones de la carne de aves de corral disminuyeron a causa de la presión ejercida por la abundancia de suministros exportables en el Brasil. Aunque el Brasil declaró a mediados de junio que sus explotaciones avícolas comerciales se encontraban libres de gripe aviar altamente patógena, las restricciones a las importaciones que mantuvieron algunos de sus principales asociados comerciales siguieron afectando a la demanda.
Fuente: https://www.fao.org/