En Chile existen 942 liceos técnico-profesionales que ofrecen cerca de 35 especialidades, entre ellas la agropecuaria, una formación clave para el desarrollo rural y productivo del país. En la región de Los Lagos, la realidad es más acotada, con 44 liceos técnico-profesionales, de los cuales sólo 10 cuentan con mención agropecuaria.
La matrícula de estudiantes de 3° y 4° medio en la región alcanza los 4.089 jóvenes, pero apenas 791 están vinculados a la educación técnico profesional agropecuaria. De ese grupo, sólo un tercio logra incorporarse y permanecer trabajando en el sector, lo que refleja un desafío importante para asegurar el relevo generacional y la sostenibilidad del agro en la zona.
Estas cifras evidencian un desafío evidente. El agro necesita captar y formar a más talentos jóvenes para asegurar su sostenibilidad y modernización, pero hoy la oferta educativa y la participación estudiantil todavía no alcanzan el potencial necesario.
En este contexto, el reciente Seminario Vocacional "Sembrando Futuro", que organizamos como Aproleche Osorno junto al Instituto Profesional Agrario Adolfo Matthei, GET Educacional, la Corporación de Desarrollo del Sur e INIA Remehue, se ha consolidado como un verdadero hito gremial en la articulación entre educación y producción.
Su décima segunda versión reunió a más de 250 estudiantes de distintas comunas, quienes tuvieron la oportunidad de conocer de cerca tecnologías, innovaciones y experiencias reales del campo chileno. Lechería robótica, drones agrícolas, bienestar animal y producción vegetal, no fueron conceptos abstractos, sino parte de un recorrido tangible y formativo para las nuevas generaciones.
Pero este esfuerzo, aunque relevante e importante, no basta. Hoy se hace evidente la falta de predios disponibles para prácticas, la escasez de recursos en liceos rurales, y la limitada articulación entre actores públicos, privados y gremiales. Los estudiantes requieren no sólo inspiración, sino también herramientas concretas, acompañamiento profesional y espacios donde poner en práctica sus conocimientos.
Se necesita más que nunca, el compromiso transversal de toda la cadena: desde los productores, empresarios y centros de formación, hasta las autoridades locales y nacionales.
La Corporación de Desarrollo del Sur ha jugado un rol clave en esta coordinación, fortaleciendo vínculos entre el sector lechero y el ámbito educacional. Sin embargo, este trabajo debe escalar. Apostar por el capital humano del agro es apostar por la sostenibilidad del país. Y en esa apuesta, el mundo técnico profesional rural merece mayor atención y apoyo.
Desde Aproleche Osorno, nuestra mirada es clara, ya que sabemos que el futuro del agro no se asegura sólo con tecnología, sino con personas. Personas jóvenes, preparadas, motivadas y orgullosas de su labor en el campo. Pero para que lleguen hasta ahí, el camino debe ser construido colectivamente.
Por Sylvia Richards, directora Aproleche Osorno
Fuente: El Austral El Diario de Osorno